Carbono orgánico del suelo y carbono particulado en el agua en sistemas ribereños bajo diferentes usos del suelo
DOI:
https://doi.org/10.28940/terra.v39i0.1249Palabras clave:
área natural protegida, bosque templado, plantas vasculares ribereñas, sistemas lóticos de montaña, suelos ribereñosResumen
La sobreexplotación de recursos hídricos y desconocimiento de interacciones entre vegetación ribereña, agua y suelo, generan pérdidas en servicios ecosistémicos y degradación ecológica en ambientes ribereños de montaña. Además de caracterizar los suelos ribereños y no ribereños se evaluaron, contenidos de carbono orgánico del suelo (COS) y carbono orgánico particulado (COP) en agua, como indicadores de degradación ecológica y el grado de asociación entre propiedades físicas y químicas del agua con las de suelos ribereños. Se estudiaron veinte sitios en un intervalo altitudinal de 1900 a 3900 m en las laderas occidentales del Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl y zona de influencia. Se evaluó la variabilidad del contenido de carbono orgánico en suelos ribereños a distancias de 1 y 5 m del cauce y a distancias mayores a 5 m del río para suelos no-ribereños en diferentes tipos de uso de suelo. Los resultados mostraron diferencias signif icativas entre carbono orgánico y conductividad eléctrica, pH, y nitrógeno total, así como el fósforo disponible en el suelo con algunas propiedades del agua (temperatura, pH, conductividad, nitratos, amoniaco, fósforo total, oxígeno disuelto, demanda bioquímica de oxígeno y COP). Se encontraron relaciones inversas entre el contenido de COS y el COP, nitratos y nitritos, conductividad y oxígeno disuelto en agua. Tanto el contenido de COP como el de COS mostraron diferencias signif icativas entre los diferentes usos del suelo. El COS en suelos ribereños a 1 y 5 m no presentaron diferencias signif icativas, pero las diferencias si fueron signif icativas entre suelos riparios y no riparios. Los contenidos de COS en suelos ribereños no deteriorados fueron superiores a 240 Mg COS ha-1, y en suelos ribereños deteriorados fueron casi cincuenta veces menores (5 Mg COS ha-1).